El Oráculo de la Mujer Sagrada, un espejo para el autoconocimiento
EN FOCO17/07/2025

Lidia Serantes, o Li, es una buscadora que desde hace varios años reside en Mburucuyá, Corrientes. Los caminos de la vida, muchos de los cuales nos llevan hacia adentro, de a poquito comenzó a acompañar procesos de autoconocimiento, mientras que en paralelo transita los propios. Para ella, “conocernos es lo que nos permite acercarnos cada vez más a elegir a la libertad, al amor”, aseguró en una entrevista concedida a Conexión Holística. En este camino, las cartas del Oráculo de la Mujer Sagrada, creadas por Mónica Glusman, llegaron a su vida para quedarse.


Son cartas circulares, de dorso negro, simbolizando la nutrición y la tierra fértil. Lo más importante, como aclara Li, es que “no son predictivas, no adivinan el futuro, no nos dan soluciones instantáneas, nos ayudan a mirarnos”. Funcionan como “espejos” y “un puente para conectar con nuestro interior”. El oráculo consta de 78 arcanas, que representan “distintas facetas o las distintas formas en las que podemos conectar”, y sus mensajes siempre son aquellos que “nuestra alma necesita escuchar”10.
El mazo está compuesto por seis senderos: los elementos (aire, agua, fuego y tierra), y un quinto sendero llamado “heridas portal”. Este último es especialmente revelador, ya que “nos muestra de frente esa herida” y “nos propone un caminito para poder ver la mujer que nos está esperando, esa mujer plena, esa mujer arcoíris”. Es una invitación a “salir del rol de víctima de esa herida, atravesarla como un portal de sanación e ir hacia esa plenitud que está esperando para ser habitada”.
Un viaje personal de habilitación
Lidia dijo que su propio proceso con las cartas, fue “extraordinario”. Durante un año, sacó una carta cada día para conectar no solo con su significado aprendido, sino también con la información que le traía en ese momento particular. Este camino de autoconocimiento fue fundamental para ella, ya que considera que para “compartir un saber o poner al servicio una determinada herramienta técnica, primero hay que pasarlo por el cuerpo”.
Pese a haber realizado la formación en 2014, a Li le llevó muchos años “animarse a ir a poner este conocimiento al servicio” de forma profesional. En tanto que asegura que el proceso de discernir cuándo un mensaje es para el consultante y cuándo es para uno mismo es una “línea muy finita”, pero ella sostiene que “lo que llega siempre espeja a todos los que están involucrados”. Para asegurar la pureza del mensaje, en las lecturas presenciales, el consultante maneja las cartas en tanto que, en las lecturas online o asincrónicas, Lidia se prepara realizando una “meditación y limpieza, preparar espacio tal cual fuese un encuentro presencial”, buscando el lugar “más vacío” para ser canal.
Un acompañamiento ceremonial y conectado
El abordaje de Lidia es profundamente respetuoso y profesional. Para ella, cada lectura es “una ceremonia”. Abre un altar, convocando las energías de la naturaleza y los elementos, entendiendo que “el alma es transversal a cada uno de nosotros y no importa en lo que uno crea, todo tiene la misma esencia, que es el amor, la conciencia y tratar de caminar en esa coherencia”.
El acompañamiento post-lectura es clave. A veces, hay un feedback a través de WhatsApp, donde se genera “un ida y vuelta de escucha”. En otros casos, si la persona quiere profundizar, se embarcan en un proceso de “tres, cuatro encuentros” donde se combina la lectura de cartas con la creación de “un ritual que nos permita hacer ese movimiento que la persona necesita hacer”. Estos rituales están conectados con los cuatro elementos, las energías disponibles del consultante y del entorno, y la ciclicidad de la luna y la tierra.
Apertura y transformación en la era digital
Lidia percibe una mayor apertura de las personas hacia este tipo de herramientas y terapias en la actualidad. La tecnología ha favorecido la difusión, permitiendo que “cada uno encuentre su camino”. Ella está muy agradecida porque facilita “acercar herramientas de una manera muy simple y cotidiana al llegar al otro”. Además, siente que el “prejuicio” ha disminuido, permitiendo a las personas “animarse a ir a mirar qué es y si no es no rezonás y no pasa nada”.
Las cartas, según Lidia, “traen una información que está latente en nosotros y que no logramos terminar de comprender o no logramos darle forma”. Aportan “claridad” y “comprensiones”. Es un “antes y un después” porque “la respuesta es y sí era eso”. Lidia enfatiza que no hay predicción, ya que “somos cocreadores de nuestra vida” y “nuestras decisiones permanentemente y nuestros procesos de autoconocimiento son los que van a ir haciendo que eso sea de una u otra manera”.
En el final de la entrevista, Lidia nos regaló la carta “Iniciación”, una carta arcoíris que representa el despertar de la diosa interior y “un espacio muy bendecido”. Simboliza a una mujer que “está despertando a su camino espiritual”, un camino “totalmente bendecido, sostenido y acompañado por la divinidad”. Las cartas del Oráculo de la Mujer Sagrada, a pesar de su nombre, se dirigen a todas las personas, independientemente de su género, porque “no tiene que ver con mujer o varón, sino con la energía femenina que todos los seres tenemos”. La palabra “diosa”, para Lidia, integra al “Dios y a la diosa”, la suma de ambas energías, y se centra en la divinidad que cada uno sienta.
Sin dudas, la sabiduría de Lidia Serantes y la profundidad del Oráculo de la Mujer Sagrada nos invitan a mirarnos, a sanar y a transitar nuestro propio camino de autoconocimiento.
Si te interesa una sesión con Li, podés contactarla al +54 9 3782 45-8079 o a través de su perfil de Instagram, @instantesparaelalma_li.

